ULISES
- ¡Arjen! ¡Arjen! ¡Amigo mío! Erendira me espera, debo seguir en busca de mi amada, la felicidad me llena, mis deseos por verla están intactos, debo seguir mi camino ahora mismo.
Ulises se vistió rápidamente y estaba a punto de seguir con su camino cuando Arjen le dijo.
ARJEN
- Espera muchacho, lleva algo de comida y todo el ron que desees, también puedes llevarte la bicicleta que está en esa esquina y por favor devuelve este reloj a tu padre, fue de gran servicio para la localización en el mar, dile que espero que su vida sea afortunada, también llévate mi antiguo sombrero, ¿recuerdas cuando lo usabas y tapaba tus ojos cuando estabas en lo más alto de las velas del barco?
ULISES
- Gracias amigo mío, recuerdo todos los momentos que pasamos en el mar, aprendí mucho de tus consejos, espero que vivas a plenitud y tranquilo.
Seguiré mi camino para encontrar a Erendira, gracias por salvar mi vida.
ARJEN
- Adiós hijo mío, tal vez tú salvaste la mía, bienaventurado seas.
Ulises sigue su camino hacia el pueblo natal de Eréndira, sus memorias lo llevan a recordar el nombre del pueblo aunque no está seguro de su localización, Ulises se dirige hacia Isnos el pueblo natal de su amada.
Luego de recorrer varios kilómetros en su bicicleta, Ulises se sintió perdido y decidió preguntarle a una señora que se encontraba junto a un caballo.
ULISES
(pensando)
- Que bellos ojos tiene esa mujer, son muy parecidos a los de Eréndira, voy a pedirle una seña.
- Disculpe señora, buen día, ¿podría decirme como llegar a Isnos?
MUJER
- Muchacho, ahora mismo me dirijo hacia allá, podría acompañarlo.
Ulises aceptó la ayuda de la mujer la cual sin darse cuenta que ella era la madre de su amada. Aparentemente tal belleza que había visto en los ojos de aquella mujer, le era familiar. Sin embargo no le presto mayor importancia. Ambos sin saberlo se dirigen al mismo destino.
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